Una vez un muchacho que se llamaba Jesús y quería ir al cine pero no tenía zapatos así que se fue con un amigo y le dijo: Amigo, préstame tus zapatos porque quiero ir al cine, y el amigo le dijo que no porque se los podía robar y Jesús le dijo que no y que de una vez le dijera dónde estaba el cine y entonces se los prestó y le dijo: Mira, donde veas mucha gente ahí te metes. Y se fue y vio mucha gente y que se mete, y era un templo. Después de un rato el amigo lo fue a buscar, en ese preciso momento el cura estaba haciendo misa y decía: Jesús se fue al cielo... Entonces el amigo grita: ¡Deténganlo, que no se vaya porque se lleva mis zapatos!

Una vez un muchacho que se llamaba Jesús y quería ir al cine pero no tenía zapatos así que se fue con un amigo y le dijo: Amigo, préstame tus zapatos porque quiero ir al cine, y el amigo le dijo que no porque se los podía robar y Jesús le dijo que no y que de una vez le dijera dónde estaba el cine y entonces se los prestó y le dijo: Mira, donde veas mucha gente ahí te metes.  Y se fue y vio mucha gente y que se mete, y era un templo. Después de un rato el amigo lo fue a buscar, en ese preciso momento el cura estaba haciendo misa y decía: Jesús se fue al cielo...  Entonces el amigo grita: ¡Deténganlo, que no se vaya porque se lleva mis zapatos!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.