Eran las cuatro de la mañana en casa de Pedro, cuando suena el teléfono: ¿Bueno? ¡Hola! Disculpe que le llame a esta hora, pero lo que pasa es que su perro no deja de ladrar y no me deja dormir. ¡Ha! Esta bien. A la noche siguiente suena el teléfono en casa del vecino también a las 4 de la mañana: ¿Bueno? ¡Hola! Disculpe que le llame a esta hora, le llamo para informarle que yo no tengo perro.
Este era un amigo al que no le gustaba gastar dinero, va al aeropuerto a que el piloto le dé un paseo y le pregunta que cuánto le va a cobrar por llevarlo a él y a su esposa a dar una vuelta. El piloto le dice que 50,000 pesos. Pero, ¿Cómo? ¡Es mucho dinero! Y el piloto le ve y le dice: Bueno entonces, vamos hacer un trato, yo le doy una vuelta por toda la ciudad, si usted no grita arriba, no me paga. Okay, ya nos estamos entendiendo. Y así arranca el avión y se sube el señor y su esposa, y el piloto que era acróbata empieza a dar vueltas y vueltas, hasta que aterriza. Y le dice al señor: Bueno, ni modo perdí, usted no gritó. Pues, si no grité ni cuando se cayó mi señora.
Va un señor corriendo por la calle y un niño lo detiene y le dice: Señor, ¿Qué le pasa que va tan aprisa? Es que compré unos aguacates para mi suegra y se enfermó. Ahhh, ¿Y va a buscar al doctor? No, voy a comprar más aguacates.
Ojos que no ven, ¡Torta que te pegas!
Un hombre irresponsable y que se había portado muy mal con su pobre familia, muere al fin. En el acto del entierro, un pariente lejano pronuncia la oración fúnebre: Fue un esposo modelo y un padre ejemplar. Al oír eso la viuda toma de la mano al niño que está a su lado y le dice: Vamos hijo, nos equivocamos de entierro.
El que es capaz de sonreír cuando todo le está saliendo mal, es porque ya tiene pensado a quien echarle la culpa.
profesora: A ver Pepito, conjúgueme el verbo andar. Yo, yo, ando, tú, tú andas. profesora: ¡Más de prisa! Él corre, nosotros corremos...
Llega Pepito y le pregunta a su maestra probando su conocimiento: ¿Maestra, sabe usted cuántos animales metió Moisés al arca? Y la maestra pensó y pensó y le contestó: No sé Pepito, ¿Cuántos metió? Ay maestra, tú si que eres bruta, pues no metió ninguno porque el arca era de Noe.
Un hombre va al cielo y le preguntan: ¿Nombre y apellidos? Manolo Gutiérrez. Vaya por Dios, no me aparece en pantalla. Pero, ¿Y eso?, si yo he sido muy bueno, muy bueno. Pues no sé, va a tener usted que pasar por el infierno. Pero, joder, si yo... Nada, nada, ya le digo que su nombre no aparece en la pantalla, y por favor no nos interrumpa que tenemos mucho lío. Llega al infierno: ¿Nombre y apellidos? Manolo Gutiérrez. Uhm, no aparece en pantalla, va tener usted que pasar por el purgatorio. Pero oiga, ¿Qué dice? Sí, sí y además no me entretenga, ¿No ve que estoy ocupado? Llega al purgatorio. ¿Nombre y apellidos? Manolo Gutiérrez. No, no parece en pantalla, tiene usted que reencarnarse. Puede elegir entre un rinoceronte del Congo o una gallina andaluza. Pero... Ni pero ni leches, a reencarnarse ya mismo. De repente Manolo que aparece en una granja (convertido en gallina) entre otras dos gallinas. Esto, ¿También reencarnación? Sí, ¿Y aquí, qué hay que hacer? Pues poner huevos. ¿Y eso? Sino te pasan a la sala de despiece. ¿Y cómo ponen huevos?, yo no he puesto huevos en mi vida. Apretando. ¿Apretando? Sí, sí, sí, aprieta. Gghrmhnrrrmeegrnmnmgreggmmh... ¡Manolo! ¡Manolo! ¡Despierta que te estas cagando!
Llega una vez el presidente de la república a hablar sobre la economía de su país a una conferencia de prensa, entonces le dice un periodista: Señor presidente, ¿Es verdad que en la actualidad hay crisis económica? El presidente le contesta: Pues la verdad, mi gobierno ha hecho un estudio, y déjenme decirles, que realmente sólo hay 6 personas que sufren crisis económica. Entonces le pregunta otro periodista: ¿Y dígame quienes son esas 6 personas? El presidente contesta: Yo, tú, él, nosotros, ellos y ellas.